Calidad de vida, precios, naturaleza.
Uno de los aspectos decisivos para los profesionales digitales a la hora de instalarse y residir en un nuevo lugar es la calidad de vida. Se trata de un concepto que mezcla datos objetivos y subjetivos. Algunos son cuantificables como el coste de la vida, los servicios sociales (sanidad y educación) y los precios y calidad de los alimentos, la vivienda y otros elementos básicos. Sin embargo, otros aspectos tienen relación con el clima, las relaciones humanas, el contacto con la naturaleza, la seguridad, etc.
Elementos positivos, pero elementos pasivos, a priori.
Todos estos elementos tienen sin embargo una misma característica, se trata de aspectos pasivos, intrínsecos, dados a priori a los destinos. Son factores preexistentes a las políticas de atractividad y, por tanto, ventajas o inconvenientes con las que hay que tratar sin poder modificarlas.
Por supuesto, muchos de estos factores pueden evolucionar. Hay lugares donde los servicios públicos han empeorado y otros donde han mejorado. Los precios de viviendas, bienes de consumo, energía o internet cambian. La seguridad y la tasa de delincuencia también pueden evolucionar. En cualquier caso son factores macro o, simplemente imponderables, como el clima.
Factores decisivos si se acompañan de programas activos.
No obstante para muchos emprendedores y profesionales digitales, el clima; la posibilidad de contacto con la naturaleza; el hecho de vivir en una casa más grande y con jardín o en pleno campo; la reducción de costos fijos en electricidad; alquileres; servicios externos, etc… son elementos capitales para decidirse por un destino u otro. Por tanto, los programas de atractividad tienen que apoyarse en sus ventajas pero aportar mucho más.
La calidad de vida de un destino tiene que explicitarse en todo programa de atractividad, por supuesto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos países y regiones comparten muchos de estos aspectos. Portugal, España, Italia, Francia, Croacia, Grecia, Malta, Marruecos, Israel… comparten muchos elementos comunes en cuanto a la clavad de vida mediterránea. Por tanto, esos aspectos positivos se anulan confrontados a competidores semejantes.
Una vez más la clave se encuentra en los programas de atracción activa que aprovecharán las ventajas intrínsecas de cada destino, pero que marcarán la diferencia. Los mejores profesionales digitales escogerán entre destinos con alta calidad de vida, pero siempre en base a los programas de atractividad que les ayudarán a instalarse en su nuevo hogar.